La morfología
¿Cómo son las palabras?
Para comenzar con la cuestión morfológica, vamos a tratar en primer lugar la cuestión de la formación de palabras. Los nombres compuestos se hacen por la unión de dos o tres palabras, que se ponen una al lado de la otra, por ejemplo k´ah náay (literalmente casa de la risa). Encontramos también frases nominales compuestas por un nombre, seguida por un verbo que lo modifica y define. Las frases nominales posesivas se componen de dos nombres de los cuales el segundo es parte del primero, por ejemplo: Gandl´ t´áay (boca de un río). También encontramos verbos nominlaizados, es decir, verbos que se han convertido en nombres, normalmente añadiendo -w al final. Designan cosas para hacer una acción, por ejemplo gatáaw que significa tenedor (lit. cosa para comer).
La cuestión de los verbos es muy compleja. Tenemos desinencia para los verbos en presente, otra para el pasado directo y otra para el pasado indirecto. Lo primero que muchos investigadores han señalado sobre la cuestión es la importancia de los factores semánticos y pragmáticos en la clasificación de los verbos. La mayoría de los estudios coinciden en la existencia de tres grandes grupos verbales, simples, reflexivos y secundarios. Los reflexivos son aquellos que toman el pronombre án~agãn (uno mismo). Los verbos secundarios no pueden ser utilizados por sí mismos en una frase, tienen que aparecer con un verbo principal que complete su significado.
La aparición del número en el verbo, la existencia de diversos sufijos. Su aparición no es obligatoria. Como bien sabemos, no hay lenguas ergativo-absolutivas ni nominativo-acusativas puras. En el caso del haida se trata de una lengua activa-estática (active-stative lenguage). Según los estudios de Enrico, la marca de número está compleatmente restringida en los argumentos absolutivos. La marca de número queda restringida a los verbos referidos a humanos en 3ª persona del plural con el sufijo -wa y el sufijo -agang. Estas dos posibilidades son para los verbos, que Enrico considera +discretos. Los -discretos se marcan con daang. wa.
El haida posee cuantificadores en el verbo, se trata de la aparición de partículas como qujuu (todo) y qwaan (algunos). Estos cuantificadores presentan diferencias en la zona de Masset y en la de Skidegate. Además pueden aparecer partículas con sentido adverbial al final del verbo como por ejemplo dáan (mientras).